Por José Garduño
Historia
Ubicada en la colonia Juárez que fue establecida en 1898 perteneciente a la Delegación Cuauhtémoc, incluía una serie de mansiones aristocráticas, reflejaban el ambiente cosmopolita que se vivía de la época porfirista hacia 1910, alojando a embajadores, empresarios y extranjeros. Según Salvador Novo la nomenclatura de las calles recordaba a las ciudades más famosas de Europa; y los que habían ido lo subrayaban con vivir en la flamante colonia llena de Hamburgo, Viena, Liverpool, Londres, Nápoles, Génova, etc.; El nombre de “Zona Rosa” es atribuido a diversas fuentes: unos lo atribuyen al escritor Vicente Leñero, para quien esta zona era “demasiado tímida para ser roja y demasiado atrevida para ser blanca.” Otra teoría supone la existencia de unos edificios con sus fachadas pintadas de color rosa, dato mencionado por Carlos Fuentes en La región más transparente. La mayoría se inclina por la versión de que fue el pintor José Luis Cuevas quien la bautizó así y, como él mismo afirmó, lo hizo en homenaje a la actriz cubana Rosa Carmina.
Para la década de los cuarenta del S. XX aquellas casas comenzaron a ser adaptadas para convertirlas en comercios, Carlos Fuentes señala en su novela La región más transparente: “…por la calle de Niza, donde ya las mansiones del Porfiriato iniciaban su declive hacia la boutique, el restaurante, el salón de belleza.” Y en la siguiente década fue convertida en lo que hasta hoy podemos ver en sus calles y que se convirtió en sello característico de la zona rosa: cafés, tiendas de antigüedades, joyerías y artesanías. En la década de los sesenta se establecieron librerías y galerías de arte en donde era común encontrar artistas y escritores como José Luis Cuevas, Pita Amor, Manuel Felguérez, etc. Tal como cita Carlos Monsiváis en su ensayo Días de guardar “…“fue el resultado de esta necesidad inaplazable de cambio, de este requerimiento de nuevo estatus”.
Para la década de los noventa se crearon los bares y discotecas para todos los sectores de la sociedad en donde se dan reunión los amigos, las citas, hombres de negocios, estudiantes, turistas nacionales y extranjeros, es decir un punto de reunión para todos y siendo la calle Amberes un punto de reunión para la comunidad LGBT.
Sitios de Interés
Su calle principal, Génova , fue adoquinada y vuelta peatonal para pasear sin prisas desde Reforma hasta Liverpool, trayecto donde se puede comer o tomar un café para platicar y “componer el mundo” en las mesas puestas sobre la calle; tiene además jardineras, árboles y varios monumentos: La escultura de una madre y su hijo (Reforma) (1), La Diana Cazadora (Hamburgo) (2), La Fuerza Creadora (Hamburgo) (3), el que recuerda al pachuco del cine nacional, Germán Valdés Tin Tan (entre Londres y Liverpool) (4), y una fuente con un par de delfines custodiando a una sirena (Liverpool) (5).
De las mansiones que caracterizaron a la colonia Juárez quedan algunas en la Zona Rosa; la primera, ubicada en la esquina de Insurgentes, Havre y Hamburgo, fue construida a principios del siglo XX en un estilo ecléctico, entre neogótico y afrancesado, que sorprende por las mansardas de sus techumbres y el remate cónico de sus torres (6). Otra casona que llama la atención es la ubicada en Londres 213, que logró conservar incluso su jardín al frente (7). Uno de los hoteles más antiguos y emblemáticos es el Hotel Geneve, ubicado en la calle de Londres casi esquina con Génova. (8)
Unos metros más adelante, un estupendo pero estrecho templo neogótico aloja la Parroquia del Santo Niño de la Paz, cuyo interior presume llamativos candiles y vitrales polícromos, así como un elegante lambrín de madera, que concuerda con la fantasía de su fachada, plasmada en los arcos ojivales de sus accesos y ventanas, y en el remate puntiagudo de su torre al centro (9). Otro templo digno de visitarse es el Templo Votivo de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, de estilo art déco tardío (1942), ubicado sobre la lateral del Paseo de la Reforma esquina con Génova (10).